Director de Opech (Observatorio de Políticas Educativas)

Jesús Redondo: "Si no hay equidad la calidad no existe"

Si no hay equidad la calidad no existe

Como un "cliché" que se usa en los discursos para validar u ocultar visiones respecto del desempeño de la sociedad, calificó el concepto de "calidad educativa" el académico Jesús Redondo, al compartir con UChile.online sus análisis sobre el estado de la Educación Superior.

"Si hay una palabra que tiene una carga fundamentalmente ideológica, ésta es calidad", aseveró.

"De hecho, si se revisan muchísimos papers y libros sobre el tema lo más contundente es que la calidad tiene que ver con la globalidad de la actividad educativa. Es decir, con los medios que se disponen, con los procesos que ocurren dentro de las instituciones, y con los resultados", aseguró el Director al destacar que en nuestro país los argumentos se han reducido "exclusivamente a los resultados, cuando ello -en el mejor de los modelos de calidad- podría representar como mucho un 20% del total".

Desde ese parámetro, agregó, se estarían construyendo discursos sobre políticas públicas que reflejan "un ocultamiento de la realidad de la educación en el país".

Y es que, a su juicio, "si no hay equidad la calidad no existe".

Tal elemento estuvo presente en el complejo fenómeno social de la Revolución Pingüina (2006), y ahora se evidencia con aún mayor fuerza, aseguró. "Los estudiantes tienen acceso a la educación, más que ninguna otra generación en la historia. La denominada Generación del Bicentenario tiene una mayor formación, ha tomado mayor consciencia de que vive en un país fuertemente desigual".

Por eso pensar en que sólo la educación va a resolver la falta de equidad para ellos es "un mito o un fraude", dada la preponderancia de la privatización y de la mercantilización educativa. "Algo que en este momento claramente está aumentando con el nuevo Gobierno, pues es su tendencia. Por tanto, no creo que vaya a disminuir, sino más bien puede aumentar".

Educación Pública como "moneda de cambio"

"Si hay algo que uno podría decir -desde los resultados- es que ha habido una planificación sistemática para destruir la Educación Pública del país. Eso desde el gobierno militar en adelante. Los gobiernos de la Concertación poco hicieron por revertir tal tendencia, pese a que constituye un derecho que sustenta la ciudadanía", opinó el académico.

A su juicio hay una política en que se considera que la mejor forma de hacer educación depende de lo que realice el mercado y no el Estado, "entonces, desde ese parámetro, se cede a esos mecanismos. Eso está en informes de la OCDE, que no son nada sospechosos de izquierdistas, y en el Informe del Banco Mundial 2007 que dice que Chile es el único país del mundo que no tiene ningún control sobre su educación por parte del gobierno, y que señala que se necesitan cambios".

"De ahí la urgencia de hacer la nueva Ley General de Educación que es más de lo mismo, porque refleja un decreto de último minuto hecho por el señor Pinochet para dejar atado el tema. De fondo está el que la educación es la moneda de cambio permanente en la disputa ideológica entre conservadores y liberales a lo largo de toda la historia de Chile", añadió.

En su análisis el Profesor manifestó que el punto de conflicto se repite. "El debate de comienzos del siglo XX sobre la Ley de Instrucción Primaria pone en evidencia que los argumentos siguen siendo los mismos", explicó, colocando el acento en la definición de objetivos "el desarrollo de una identidad nacional en la que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos o el mantenimiento de un país que está pensado, más bien, como un conjunto de fundos educativos, donde los dueños de los colegios son los que deciden qué es lo que pasa o no pasa".

"Tendría que haber un Estado con poder de decisión"

"Los mejores colegios seleccionan a sus alumnos, cosa que no ocurre en ningún país del mundo. Financiamiento público y selección de estudiantes son dos elementos absolutamente en contradicción, pero no en Chile. Entonces el Estado está financiando para que los colegios segmenten en escala a todos los estudiantes. Los padres tienen que someterse a que sus niños vayan a un colegio u a otro porque los seleccionan, con la excusa que requieren de una educación más personalizada. Los padres no eligen, como señala la constitución, sino que son elegidos en sus hijos y según su capacidad de co-pago", aseveró.

Para revertir esta situación Jesús Redondo expuso que "tendría que haber un Estado con capacidad de decisión. Cosa que yo creo que en este momento está muy disminuida, porque la Constitución heredada está decidida por una minoría. Para cambiarla no se requiere una mayoría, sino que una mayoría cualificada. Con un sistema binominal, prácticamente, es imposible conseguir la mayoría cualificada. Entonces, hay un bloqueo total a la posibilidad de hacer cambios sustantivos en función de las mayorías".

"Las encuestas -enfatizó- muestran que la mayoría de la población -cerca de un 70%- quiere un sistema educativo público de calidad para todos los ciudadanos. Por ejemplo el debate en Estados Unidos, en este momento, es que se quieren entidades públicas, incluso bancos públicos". Por ello, surge la inquietud sobre qué dinámica del Estado "es capaz de garantizar y promover los derechos de las personas versus las ganancias de una minoría".

"Sólo pasa en Chile"

"Yo creo que, en general, las Universidades Públicas han sido maltratadas desde la intervención en el '73 y olvidadas dentro de las políticas públicas", recalcó, analizando que la presencia de estas entidades da cobertura a un tercio de los estudiantes.

En esta línea el psicólogo hizo un alto para hablar sobre "un fenómeno muy curioso, contrario a lo que ha pasado en la educación básica y media: La selección ha jugado a favor de las Universidades Públicas. Se produce algo muy interesante y es que la mayoría de la población que tiene necesidades socioeconómicas en los niveles básico y secundario está en el sector público, pero en la Educación Superior los jóvenes que vienen de colegios particulares son los que ocupan los cupos en las universidades públicas. Entonces hay un evidente desajuste de dinámica social".

"Eso, también, sólo pasa en Chile", manifestó.

Financiamiento poco "significativo"

"En la información internacional, cuando aparecen datos sobre educación en Chile, no existe la Educación Superior Pública. Todas las universidades son catalogadas como privadas porque la mayor parte de su presupuesto viene de fondos privados. Incluida la Universidad de Chile. Ya no existe -en las estadísticas internacionales- la Universidad Pública Chilena, porque en nuestro país no hay un financiamiento significativo del Estado", explicó.

En este contexto precisó que para que una Casa de Estudios sea considerada como pública "el mínimo es que el 50% de su presupuesto sea público. Es como la propiedad de empresas públicas. Éstas son públicas, porque al menos el 50% de su propiedad también lo es". Y es que desde el punto de vista de los recursos "hace tiempo que las universidades estatales dejaron de ser públicas, porque su financiamiento mayoritariamente viene de los aranceles de los estudiantes y de la venta de servicios".

Profesionales endeudados

A juicio del Director de la OPECH los profesionales que actualmente egresan de la Educación Superior están orientados al mercado, tanto público como privado, salen a trabajar debiendo postular a distintas áreas. Sin embargo, "es muy distinta la visión que puede tener un joven que ha sido educado en una Universidad Pública con financiamiento público que cuando ejerce tiene de alguna forma una deuda, con la sociedad; a la vivencia de quien sus estudios los ha hecho en contra de su propio presupuesto, con un crédito que luego tiene que devolver con intereses, en momentos en que está formando familia y o adquiriendo una vivienda".

"Resulta que en el mismo momento en el que está iniciando su labor profesional, cuenta sobre su cabeza con tres créditos y escasas posibilidades de tener un salario que le permita cubrir necesidades como vivienda, hijos y la devolución de deuda universitaria. Ello es inviable, al menos para el 60% de la población chilena. Y esto lo dicen también los informes internacionales: El modelo no resiste".

Los Postgrados también entran en la oferta de créditos, porque las becas disponibles no suelen cubrir las necesidades de los estudiantes por completo. En el caso específico de BecasChile Jesús Redondo opinó que se trata de un sistema que perjudicaba los programas nacionales, brindando mayores ventajas para ir al extranjero, sin embargo, esto se ha ido regularizando de forma positiva. "Se ha hecho una revisión, corrigiendo los aspectos que provocaban el desbalance o descompensación".

Pedagogías

"A la Universidad le quitaron las pedagogías, todo el Pedagógico. Por eso -comentó el Profesor- progresivamente ha ido creando carreras vinculadas con la educación, con programas dentro del contexto nacional bastante buenos, con niveles de calidad siempre mejorables. Pero, los datos señalan que la mayoría de los estudiantes con estas habilidades son captados por el sistema privado".

"La Universidad puede formar buenos profesionales y desarrollar investigación, pero ¿cómo eso luego repercute en la sociedad si ésta se mueve con unos parámetros de mercado?, pues la gente -salvo que decida hacer acción solidaria- tiene que ir donde le paguen más para poder devolver sus créditos", añadió.

Nivelación escolar en las aulas de la "U"

"Yo creo que la Universidad tiene que responder a las necesidades del país y si los niños se encuentran en una situación de desventaja tiene que arbitrar medidas para corregirla, en la medida de sus posibilidades. Un aumento del Bachillerato, orientado a ese tipo de población, sería una muy buena opción", sostuvo.

Lo que para él está claro es que una mala formación durante la Enseñanza Media dificulta el ingreso a la Universidad. "Los que entran a la Educación Superior en tales condiciones sufren la condena de una competencia interna muy complicada".

Hablando de "competencia" también reiteró la lucha que hay entre instituciones por recursos económicos. Sin embargo, "la gente, a la hora de elegir Universidad, se guía por la excelencia y por el imaginario que tienen de éstas". En otras palabras, los jóvenes tienen definido dónde quieren estudiar aunque haya otra Casa de Estudios "del mismo nivel o incluso mejor desde el punto de vista académico puro".

A la Universidad de Chile ingresan jóvenes "con altas capacidades. Los que quieren un espacio de pluralismo, donde el elemento republicano de libertad, diversidad y valores está presente en la dinámica cotidiana".

Sobre la composición social argumentó que "la mayor parte de los alumnos del sector público que llegan a esta Universidad son de liceos emblemáticos que dan cuenta de una tradición histórica, de una continuidad. También hay mucha gente de sectores particulares subvencionados que responden a este perfil. En eso los estudiantes no se pierden", concluyó.

 

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