En Chile, la dictadura cívico-militar “dejó una de las heridas más profundas en la historia reciente: la desaparición forzada de centenares de personas cuyo paradero aún sigue siendo desconocido. Las familias de las víctimas, junto a organizaciones de Derechos Humanos, han sostenido por décadas una lucha incansable por verdad y justicia, recordándonos que la memoria es un derecho y una responsabilidad colectiva para que hechos como estos no vuelvan a repetirse”. Con este mensaje se inició la Conmemoración “Por una Memoria Viva”, realizada este 11 de septiembre en la Facultad de Ciencias Sociales.
La decana Teresa Matus subrayó la necesidad de mantener viva la memoria en un contexto de posiciones polarizadas que han reaparecido en la actualidad. En sus palabras, evocando a Mercedes Sosa y su llamado a honrar la vida, señaló: “Un país que se alza con dignidad tiene que alzarse con verdad y con justicia”
Por su parte, Tamara Lagos, Coordinadora del área de Archivo e Investigación Documental del Programa de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, se refirió al Plan Nacional de Búsqueda. Inició su intervención recordando a Luis Alberto Pino Soto, estudiante secundario de 15 años, detenido y desaparecido en Arica el año 1986. Historias como la de él, ponen rostro a los sujetos víctimas del crimen de desaparición forzada de la dictadura.
Explicó que los objetivos del Plan Nacional son: 1) esclarecer las circunstancias de desaparición y/o muerte de las personas víctimas; 2) garantizar el acceso a la información y participación de las y los familiares y la sociedad respecto a los procesos de búsqueda; 3) implementar medidas de reparación y garantías de no repetición de este tipo de crímenes.
Uno de los principales desafíos del Plan, indicó, ha sido asegurar la participación. Entre septiembre de 2022 y septiembre 2023 participaron 35 agrupaciones de familiares de Detenidos Desaparecidos, más de 43 organizaciones de Derechos Humanos, más de 20 sitios de memoria y se realizaron 67 encuentros en 29 comunas de 16 regiones. El acceso a archivos también es otro reto central. En este proceso, relevó la participación estudiantil como un aporte clave al Plan de Búsqueda. Asimismo, profundizó en los desafíos sobre el rango legal del Plan Nacional, cuya creación responde a un decreto y no a una ley, lo que hace aún más relevante la participación de las organizaciones y de la sociedad civil en su proyección y continuidad.
Proyección del documental “El Baile de los Cisnes”
“La cueca es un baile en pareja como muchos otros, pero la dictadura militar chilena se la arrebató a Violeta Zúñiga. En la soledad de la constante búsqueda, muchas mujeres bailaron con un pañuelo blanco en alto y la imagen de sus amados desaparecidos sobre el pecho. A 45 años de la primera presentación de la Cueca Sola, Violeta se prepara para danzar por última vez, como un cisne solitario que espera la lluvia”, fue el discurso de presentación del documental El Baile de Los Cines, dirigido por Daniel Miranda.
El director Daniel Miranda, cineasta y funcionario de la facultad, integrante del equipo FACSO Abierta, señaló que las nuevas generaciones “también tenemos el rol de recordar”. Su trabajo se enmarca en el desarrollo de su tesis del Magíster en Cine Documental en la ahora Facultad de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.
Miranda destacó que este 11 de septiembre se cumplen 52 años del golpe cívico-militar y “el inicio de la sangrienta dictadura que aún pesa en nuestros hombros como sociedad”. Durante esos años, la organización de madres, hijas, hermanas, en su gran mayoría mujeres, dieron vida a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y una parte de ella formó el Conjunto Folclórico de la mano de los acordes y guitarras de Gala Torres y Viviana Díaz. El 08 de marzo de 1978, “en el emblemático Teatro Caupolicán, nació uno de los actos performativos y de protesta más potentes de nuestra historia: la cueca sola, esa que como dice Violeta Zúñiga, “cómo no estaba el compañero, había que bailarla sola”. Y sola la bailaron y sola la bailan. Porque la cueca sola traspasó las fronteras y hasta el día de hoy conmueve a cada rostro que la ve danzar”, añadió el cineasta.
Tras la exhibición del filme, las y los asistentes tuvieron la oportunidad de compartir reflexiones y dialogar con los expositores. Se destacó la importancia de tener espacios comunitarios en la facultad donde la memoria y las vivencias compartidas estén al centro.