Según el estudio “El Chile que viene, mascotas. Marzo 2022” de CADEM, 8 de cada 10 chilenos/as tiene al menos una mascota. Aunque perros son los más preferidos, los gatos están cada vez más presentes en los hogares. En medio de este escenario que cada vez se aprecia con mayor frecuencia en los espacios públicos y privados, la trabajadora social (Universidad Tecnológica Metropolitana), Estela Ortiz Pérez, decidió investigar para obtener el grado de magíster en Psicología Clínica en Adultos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, sobre el proceso de duelo tras la pérdida de un animal de compañía.
Bajo el título de "El dolor de Perderte: Narrativas sobre la Muerte de un Animal Miembro de una Familia Multiespecie", su investigación -que fue guiada por el académico del Departamento de Psicología y de dicho programa de Magíster, Claudio Zamorano- tiene como brújula poder conocer la experiencia de personas que han vivido la muerte de un animal a quien consideran parte de su familia multiespecie, identificar el vínculo desarrollado, describir el proceso y la resonancia que esta vivencia ha tenido en los sistemas y relaciones que han rodeado a la familia.
En el desarrollo de esta investigación se exponen las historias de quienes han vivido el duelo por seres queridos que pertenecen a una especie distinta, reflexionando sobre los sentimientos, las emociones y pensamientos que han presentado frente a esta experiencia, así como también sus formas de mirar el proceso, los dolores que han experimentado y la forma en que han debido reorganizar sus vidas.
-¿Cómo han cambiado la conformación y estructuras de las familias en Chile?
Es una realidad que se ha hecho más visible. Ha existido esta apertura con estudios recientes que dicen que el 92,1% de las personas que tienen un animal en su hogar lo ha reportado como un miembro de la familia y como motivo de felicidad para su tenedor (SUBDERE, 2022). Se observa que este miembro animal cumple roles y rutinas dentro de las familias.
En la tesis describí roles de animales que se asemejaban mucho a las de bebés con sus madres, entonces los vínculos que fueron relatados por las entrevistadas son muy similares a ese ciclo.
El tema del duelo referente a los animales de compañía en Chile no ha sido muy indagado. Me tuve que basar en literatura estadounidense. Tanto en nuestro país como en América Latina, existen autores que hablan de familias multiespecies. Hay un doctor argentino en Psicología llamado Marco Díaz Videla, que tiene una amplia literatura respecto del tema. Sin embargo, en Chile no hay autores, salvo una investigación de la Universidad de Chile realizada por Sergio Acuña y Valentina Alveal, titulada “El miembro no humano: Una aproximación sistémica relacional hacia la comprensión de familia en parejas con mascotas”.
-Tú entrevistaste a cuatro personas que han vivido la muerte de sus respectivos animales, ¿cómo se presentaron estas vivencias, con qué sentimientos, pensamientos y reflexiones te encontraste de parte de ellos?
La metodología en la investigación privilegiaba el contenido del relato, no datos cuantitativos. Hice una convocatoria abierta por redes sociales (RRSS) con las siguientes premisas e interrogantes: ¿Has vivido la muerte de un animal a quien considerabas parte de tu familia hace menos 6 meses?, entre otras. “Desarrolla tu historia con el animal”, esa fue la invitación principal de la tesis. Si bien la investigación era sobre el duelo, también rescata las historias previas.
Fueron entrevistadas solo personas de la Región Metropolitana (RM), porque debían ser conversaciones presenciales, cuya corporalidad era muy importante. Participaron cuatro personas muy distintas entre sí, cuyos vínculos con sus animales eran muy estrechos, concibiéndoles como integrantes de sus familias e, inclusive, los veían como sus hijos. Una persona, por ejemplo, le dedicó muchos años y cuidados a su perrito enfermo. Muchas de ellas siguieron procesando el duelo.
Algo que no apareció en la literatura revisada y comparada, pero si apareció en los relatos fue el rol de los médicos veterinarios tratantes. Tres de las cuatro personas no sentían culpa respecto de la eutanasia; quien sintió más culpa por el contexto en que murió su animal, fue quien desarrolló una relación más distante con el médico tratante.
Cuando fallecieron sus respectivos animalitos, se sintieron muy apoyadas por su entorno familiar más próximo, pero no se sintieron apoyadas al interior de otros entornos. Dos de cuatro entrevistadas velaron a sus animales, así su duelo y ritual fueron visibilizados.
-¿A qué se debe que ahora en Chile haya más familias multiespecies o haya mayor presencia de animales en los hogares?
Pienso que, tal vez, no es que haya más mascotas, sino que más visibilización. Este proceso sigue evolucionando: el perro ya no habita en el patio, más bien vive al interior de la casa. El gato ya no caza ratones, sino que genera un vínculo con el o los humanos.
No todas las personas con animales se insertan en una familia multiespecie, esto varía y depende del contexto, significado y el tipo de vínculo que allí se generan. Por ejemplo, un dueño de parcela que solo le entrega alimento a su perro no necesariamente tiene una familia multiespecie.
Siento que la palabra mascota guarda relación con un talismán humano; mascota no es lo mismo que ser un miembro de la familia. En esos contextos de mayor distancia donde se les trata como mascotas, el proceso de duelo será diferente y la reorganización de sus vidas también será distinta.
-En el desarrollo de tu investigación, se exponen las historias de quienes han vivido el duelo por seres queridos que pertenecen a una especie distinta. ¿Ese duelo es diferente al duelo por una pérdida de un ser humano?
Dentro de los hallazgos, destaco que los síntomas y sentimientos de personas que han perdido a personas son los mismos que quienes han lamentado la muerte de animales. Teóricamente, por tanto, es correcto hablar de duelo cuando se pierde un animal de compañía. No obstante, el duelo en estos casos no se visibiliza y es una tarea aún en desarrollo.
Hay un universo de personas que validan estos procesos, pero aún existe un universo mayor de personas que no ha vivido esto o no comprende los procesos que vive cada persona. Así como hemos avanzado en legislación también ha aumentado la visibilización del maltrato animal. Falta compartir más estos relatos de duelo animal. Al respecto, la visibilización académica sirve para la validación de este proceso.
-¿Cómo ha impactado en la vida cotidiana de estas cuatro personas la pérdida de sus respectivos animales?
Ellas se permitieron el espacio a la memoria, lo cual es muy importante porque el sistema te obligaba a superarlo. Todas ellas pudieron hablarlo. Eran tres perritos y un gatito. Algunas de ellas todavía conservan objetos que les recuerdan y hacen rituales en su nombre. Dos de ellas siguen rescatando animales. Una de ellas, cuyo perrito falleció a los 18 años, dejó su trabajo regular de vendedora y comenzó a dedicarse a la peluquería canina, además de realizar cursos sobre cuidados caninos. Eso refleja que el significado de la existencia de su animal en sus vidas sigue trascendiendo más allá de su muerte.
Muchas de ellas han vivido un antes y un después en sus vidas tras sus experiencias con animales, resignificando la muerte. Esto también limita lo que sienten, al percatarse que no pueden compartir sus pesares por el duelo. Una de las entrevistadas, hizo un acto social por la pérdida de su animal y -para su sorpresa- fueron varias personas mayores.
-En términos formativos, ¿de qué modo el Magíster de Psicología Clínica en Adultos en la Facultad de Ciencias Sociales, aportó en tu profesión y desarrollo de la investigación?
A mí siempre me ha llamado la atención el Trabajo Social clínico. Se viene desarrollando hace años, sin embargo, ahora se le llama y concibe como tal. Entonces, poder adquirir herramientas teóricas y metodológicas que me permitan desarrollar este trabajo social con herramientas terapéuticas resulta muy necesario e interesante. Paralelamente, me he dedicado al acompañamiento de personas que han perdido animales. Esto no se hace con mucha frecuencia en el país y es súper necesario.