"Sociedad y sociología: sesenta años y perspectivas" fue el nombre de la mesa inaugural del Coloquio Internacional “60 años de la Carrera de Sociología de la Universidad de Chile: la sociedad y la mirada sociológica hoy”, desarrollado entre el 24 y 27 de septiembre 2018, instancia en la expuso Fernando Henrique Cardoso, Profesor Emérito de la Universidad de Sao Paulo y ex presidente de Brasil junto a otros destacados(as) académicos(as) nacionales e internacionales.
Al repasar el trayecto que ha tenido la carrera en las últimas décadas el ex mandatario afirmó: “Los temas van cambiando porque la sociedad misma, el sistema, va cambiando”. Así, recordó cómo después de los debates sobre el desarrollo, "el tema pasó a ser las democracias porque estábamos viviendo en dictadura, y luego, pasamos a esta otra etapa donde el tema fue la globalización, porque hubo una enorme transformación en el sistema productivo. Hoy está cambiando el modo de socialización”, concluyó Cardoso refiriéndose a la irrupción de las nuevas tecnologías.
En entrevista con nuestra Facultad, el profesor ahondó en los cambios que ha vivido la política en América Latina, abriéndose a nuevas expresiones más allá del partidismo o instituciones tradicionales, en medio de un neoliberalismo y globalización cada vez más creciente y expansivo a nivel mundial, permeando todas las esferas de la vida cotidiana de las personas.
-A la luz de la dependencia y desarrollo, se ignoraba la profundidad que iba a alcanzar el capitalismo. Dentro de este gran marco de globalización, América Latina también va cambiando sus modalidades de dependencia, entre otros aspectos. Posteriormente, se desarrollan las supuestas transiciones de retorno a la democracia pero la verdad es que no retornamos a nada. ¿Cuál es su visión al respecto?
Probablemente, usted tenga razón porque para empezar cuando escribimos el libro sobre la dependencia había dos mundos, al menos, había un mundo socialista activo.
Hoy, el predominio de una sola forma de organización capitalista se toma lo que pasa en China. El papel y rol del Estado en la acumulación capitalista así como la mercantilización se han generalizado, eso nos ha dejado sin padre ni madre. ¿Cuál va a ser el papel de las ideas liberales? ¿hasta qué punto el Estado va a compensar?.
Observo la prensa que califica al pensamiento de derecha, de izquierda y de centro, pero qué es derecha, centro, izquierda, son cosas muy difíciles de concretarse. Entonces, no sabemos qué está -realmente- sobre la tabla de discusión, cuáles son los valores detrás.
Creo que hay que darle tiempo al tiempo con una cierta paciencia histórica. Los académicos poseen la ventaja de poder esperar y pensar. Los políticos, en cambio, tienen que actuar ya.
Las estructuras (sociales) ya no son las mismas; las instituciones fueron formadas en otra época, los partidos, los sindicatos, corresponden a otro momento. No se sabe a qué corresponde el momento actual. Hay que se ver si se pueden cuajar otras formas de sociabilidad que permitan algún tipo de propuesta, que llame la atención de la gente y lleve a alguna parte.
-Actualmente, lo que cambia de alguna manera, es el estatuto de la política en la sociedad respecto del régimen anterior. Pero entretanto, uno de los cambios más grandes es la mercantilización de relaciones sociales con una marcada idea thatcheriana de responsabilidad individual…
Hay ciertos sentimientos colectivos que podrán sobrevivir, pero quizás no sepamos cuáles son esos colectivos. La nación va a desaparecer. Yo recién conversé con Clinton y él me dijo una cosa sencilla pero importante: un americano va a ser siempre un americano, un brasileño siempre será un brasileño. ¿Qué significa eso? No me estoy refiriendo a una clase social sino que a un individuo, individuo en relación a la cultura. Pero qué significa eso, cómo va a ser; hay ciertos colectivos y hay que vincular esa enorme pluralidad individual con algún colectivo.
-Esos colectivos que emergen, indican que hay una nueva forma de politicidad, manifiesta en los colectivos étnicos, urbanos, movimientos feministas o ecológicos. Hay una experiencia democrática, personal, con la cual la democracia está en distintos espacios o instancias, cambiando incluso autoridades o la agenda pública…
Hay un mundo religioso y otro criminal. El mundo criminal de ahora se amplía y tiene un aspecto de violencia, de asesinato, de robo, de narcotráfico, se organiza y crea una cierta fraternidad. Creo que nos falta reconocer lo que ya existe y preguntar: ¿la democracia va a sobrevivir frente a todo eso? Yo creo que la forma más tradicional (de pensamiento) indica pasará a sufrir los terremotos del progreso, es difícil mantener los partidos, por todos lados pierden significado.
Yo creo que en este momento de transición sobre cuales son las formas de estar en la vida asociativa la demagogia tiene espacio. ¿Qué significa eso? Que como no hay mucha certidumbre, los sentimientos adquieren más fuerza que la razón.
El mundo post Segunda Guerra Mundial trató de evitar grandes conflictos internacionales; se crearon las Naciones Unidas y surgieron ciertos países nuevos, el principal de los cuales fue China.
China comenzó a actuar como si fuera parte del mundo capitalista. Aceptó que las multinacionales fueran para allá a exportar y se ha vuelto un país muy rico, donde funciona un sistema de capitalismo burocrático y estatal, pero con una mercantilización avanzada.
Los chinos siempre miraron a los rusos con cierta desconfianza. Sin embargo, hoy da la impresión que, por primera vez, los chinos y los rusos pueden jugar del mismo lado.
Las consecuencias de eso es que Europa está fragmentada, América Latina también se encuentra fragmentada y no logra tener una estrategia. Me parece que los únicos que tienen estrategia son los chinos.