Tras un año de su instalación, el pasado 04 de Julio culminó el proceso constituyente, cuando la Convención Constitucional entregó la propuesta de nueva Constitución al Presidente de la República, Gabriel Boric, en una ceremonia realizada en el ex Congreso, donde trabajaron por un año los(as) constituyentes. Ad portas del hito del Plebiscito obligatorio de Salida que se realizará en menos de dos meses en todo el país, muchas encuestas dan por ganadora la opción del “Rechazo”. Más recientemente, el Presidente señaló que en caso de que así fuera no se debería continuar con la carta magna de 1980, sino que tiene que debe haber un nuevo proceso constituyente.
Desde la Sociología, el académico Pablo Cottet, lee este escenario sociopolítico de cierre y comenta que uno de los procesos más significativos ha sido el trabajo de la Convención y cómo ha logrado superar sus controversias, abriendo la escucha a todos los sectores políticos, incluida la derecha.
Lo segundo que él destaca es la importancia mediática que se ha dado a los errores puntuales cometidos por ciertos(as) constituyentes. A futuro, es preciso analizar la “Constitución material” como indica el académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U. de Chile, Rodrigo Karmy, es decir la instalación y puesta en práctica de un conjunto de reglas y prácticas que permitan que la Constitución “se materialice”.
Quien fue académico responsable del Laboratorio Interdisciplinar de Estudio en Controversias Constituyentes, dentro de la iniciativa UCH-1899 “Apoyo a la Implementación de laboratorios en Ciencias Sociales y Humanidades” que duró 19 meses hasta Enero 2022, relata que durante un año, se ha mostrado el avance del “Rechazo” en las encuestas. “Esto se parece al Plebiscito del 88, cuando se aseguraba que iba a ganar el Sí. Hay una diferencia con el Plebiscito de ahora –y sabiendo también cómo se hacen y aplican las encuestas– y es que hay un elemento no considerado en las encuentras de opinión como es el voto obligatorio”, lo que genera un manto de dudas al resultado real, sumado a que “quienes votan Apruebo no hablan”, en palabras de Cottet.
Respecto de la preocupación, especialmente por parte del sector político de derecha del enfoque indigenista del texto constitucional propuesto a la ciudadanía, instalando la idea de que hay ciudadanos de primera y segunda categoría, Pablo Cottet cita y recuerda al sociólogo español José Medina Echavarría, contratado por el gobierno de México en la década del 40 previo a la instalación de la Cepal en el Distrito Federal, quien instaló un concepto llamado “la estructura hacendal” (de hacienda aludiendo a la dicotómica realidad social agraria). Dicha estructura la calificaba de porosa, pues podían venir nuevos gobiernos de otras corrientes políticas pero no se cambiaba la estructura social porque se acomodaba como una esponja.
“La elite chilena cree que somos inquilinos, no ciudadanos. Por esta razón y tradición de pensamiento pienso que hace ruido el tema indigenista. En la actualidad aún no existe consenso sobre si usar el término de naciones o pueblos. ¿Qué vamos a decir indigenistas, pueblos originarios, naciones? En medio de esa discusión, según el académico, “sale lo peor de la estructura porosa hacendal a la que hacía referencia Echavarría”.
De Subsidiario a un Estado social
Por otro lado, el también director alterno del Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad (LaPSoS) de la Universidad de Chile, subraya que el texto constitucional diga y comience con que el Estado de Chile es un Estado social de derechos, contraviene al principio de subsidiariedad de la Constitución de 1980.
La Constitución actual, que tuvo modificaciones en 2005 durante el gobierno del Presidente Ricardo Lagos, inicia con –entre otros principios– que los hombres son libres y viven en familia, piedra fundamental para instalar que Chile es un Estado subsidiario. Volviendo a la propuesta constitucional por votarse por parte de la ciudadanía, releva la redacción del capítulo sobre los Derechos Fundamentales, tales como aquellos relativos a Género, derechos de pueblos preexistentes o Medio Ambiente, por mencionar algunos a grosso modo, ideas que son innovadoras y propias de las constituciones actuales.
Frente a la representación de las regiones en la propuesta de texto, piensa que la relevancia e injerencia de la nueva Cámara de las Regiones será equivalente al de la Cámara de Diputados y Diputadas, contrario a lo que muchas personas del mundo político critican o temen. “Creo que es un camino que está abriendo la Constitución frente a la descentralización, si se logrará efectivamente o no, no lo sabemos. Independiente del resultado del Plebiscito del 04 de Septiembre, no hay una correlación de fuerzas que permita mantener vigente la Constitución del 80. Se instalará finalmente, y en consecuencia, una nueva Constitución”, afirma Cottet.
¿Qué desafíos sociales se le vienen al país?
Según el académico del Depto. de Sociología, hay una palabra clave que es “peligrosa” y es la de territorio, esto tras la elección de 155 convencionales constituyentes para redactar la nueva carta fundamental que norme, ordene, regule y oriente el convivir de la sociedad chilena. Rememora que con las movilizaciones estudiantiles previas se aprendieron y levantaron “nuevos” mecanismos de participación en territorios, donde no era decisivo el desarrollo de campañas con gigantografías o el típico trabajo de puerta a puerta para conseguir votos, sino que el trabajo de asambleas en comunidades.
“El trabajo de territorios implica juntarse más a discutir. Esto ocurrió durante el gobierno de Michelle Bachelet cuando se efectuaron los encuentros autoconvocados. La cuestión de lo territorial es clave y la descentralización que podría traer la Cámara de las Regiones va en la misma dirección; las regiones tienen voz pero hay que escucharles”, refuerza.
“Territorio” es un concepto que está en la base de la discusión política y va a ser clave para que gane el “Apruebo” o “Rechazo”. Nunca han dejado de desarrollarse las asambleas, “es solo que nadie nos muestra eso, solo lo muestran las investigaciones universitarias o si vas y participar directamente en ellas. Esta es otra forma de hacer política. Hay políticos que dicen que hay una crisis de partidos políticos por la baja votación o postulación a organizaciones como la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) o la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), pero lo cierto es que ahora se hace política de otra manera”.
En materia de educación universitaria, señala que cuando el texto constitucional alude a que en cada región habrá, al menos, una universidad, instituto profesional o centro de formación técnica del Estado, nadie ha dicho que se nieguen o “desparezcan las universidades privadas, solo que si el Estado monta un sistema nacional, el negocio de la educación privada no tendrá mercado. Cambiará todo el panorama cuando empiece a implementarse”, eso entre otros desafíos que se avecinan.