- ¿Cuáles son las interrogantes que se hace hoy la sociología latinoamericana?
- La colonialidad del saber de la que nos habla autores como E. Lander y B. Santos ha contribuido a generar una idea de las ciencias sociales como un conjunto homogéneo de conocimientos universales que son originados en Grecia y que encuentran en Europa su más avanzada expresión. El pensamiento hegeliano es ejemplar de este mito de Europa como centro del mundo y de la modernidad. Esta imagen de un mundo que se abre racionalmente desde adentro hacia afuera exportando el pensamiento de las "luces" impactó directamente sobre el trabajo de organización de los márgenes del sistema mundial. Y esta lógica eurocentrada que fundó el racionalismo científico europeo ha inhibido la emergencia de otras epistemologías que son necesarias para el rescate de saberes e experiencias que fueran abandonadas, reprimidas o negligenciadas por la colonialidad. En consecuencia, los campos científicos se constituyeron en importantes espacios de reproducción del eurocentrismo y desvalorando los saberes y los intelectuales de los márgenes.
- ¿Cuál ha sido la alternativa científica al respecto?
- En este momento, en que se avanza en el trabajo de descolonización en paralelo a la desconstrucción que vive Europa, queda evidente que la sociología debe reorganizar sus prioridades temáticas y teóricas, de modo de integrar las experiencias olvidadas. En particular, hemos de considerar la importancia del lugar en la producción del conocimiento en ciencias sociales, pues los territorios nacionales no son neutros. Al contrario, tales espacios fueron importantes para la constitución de la globalización política colonial. Los poderes centrales que organizaron los estados naciones son dispositivos de poder que tuvieron importancia decisiva para la organización de comunidades nacionales y coloniales desde el alto del poder colonial global. En esta dirección, sin desconsiderar la importancia de los espacios nacionales es ahora emergente considerar los espacios transnacionales donde se producen nuevas experiencias colectivas. Claro, ALAS es una asociación importante en esta discusión, sea en la divulgación de los saberes poscoloniales que recuperan a los saberes y prácticas negligentes o en la promoción de investigaciones y reflexiones transnacionales.
- En este sentido, ¿cuáles son los objetivos a cumplir por la Asociación Latinoamericana de Sociología en los próximos años?
- La complejidad del sistema-mundo en la actualidad exige la presencia de asociaciones continentales como ALAS, FLACSO, CLACSO y ACAS que pueden articular los científicos sociales y sociólogos en redes transnacionales más amplias, claro sin olvidar la importancia de las redes nacionales tradicionales de investigación. Hay muchos desafíos nuevos relacionados con los temas de la desigualdad, de la injusticia y violencia, del medio ambiente entre otros que necesitan de articulaciones transnacionales más amplias. En esta dirección, a mí, me parece que ALAS tiene un rol importante para estimular el desarrollo de los campos de sociologías nacionales y también de articular estos campos en los espacios internacionales. Los eventos de ALAS - congreso central y Pre-alas - son mecanismos importantes para favorecer las articulaciones de redes de investigadores y centros de investigación. Hemos de señalar igualmente la importancia de ALAS para divulgar las luchas por derechos humanos y la denuncia de injusticias contra centros académicos e investigadores, de modo de asegurar la tranquilidad de la reflexión crítica y libre.
- ¿Por qué considera que el Congreso ALAS 2013 marcará un hito en la comunidad latinoamericana dedicada a las ciencias sociales, como lo afirmó en Recife 2011?
- El comité científico chileno ha elegido con mucha propiedad el tema de la crisis para organizar la convocatoria del congreso de Santiago en 2013. De hecho, es urgente reflexionar sobre la situación de América Latina respecto de los cambios del sistema-mundo y de la emergencia de la China como nueva potencia imperialista. De manera general, los países latinoamericanos están respondiendo de modo diferente al impacto de la crisis. Brasil, por ejemplo, buscó a neutralizar sus efectos con un intenso programa de financiamiento interno al consumo de clases medias y poblaciones pobres. Sin embargo, en este momento verificamos que estos sectores sociales están muy endeudados y también se observa que el aumento del consumo no ha contribuido para evitar la desindustrialización en curso. Por otro lado, si reflexionamos sobre la situación de Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, Costa Rica, México y otros países, vamos a observar reacciones diversas a la crisis que reflejan las diferentes políticas nacionales de protección del espacio de convivencia nacional. Así, es interesante observar que diferentemente de lo que proponen los teóricos neoliberales, las capacidades de resistencia a la crisis en Latinoamérica depende directamente de las políticas públicas nacionales y de los movimientos sociales - nacionales e internacionales - que son factores muy importantes hoy por el éxito de las luchas democráticas. Hemos de considerar igualmente que Chile es un país que valora mucho los derechos de ciudadanía y que la dictadura no quebró este espíritu democrático. Al contrario, al visitar el Museo de la Memoria se constata que los chilenos están más decididos que nunca a luchar por la preservación de la democracia. Así, esta posibilidad de la realización del congreso de ALAS en Chile en este momento es una gran oportunidad para fortalecer la tradición libertaria y democrática de la región. Lo que es muy bueno para la sociología, que no puede existir sin esta reflexión permanente respecto sus fundamentos morales y sin la existencia de espacios de libertad por la producción científica.