El Colaboratorio es parte del proyecto “FACSO Abierta: Educación continua, innovación social y transferencia. Una propuesta de desarrollo académico para la Facultad de Ciencias Sociales” (2022 -2025), financiado por el Fondo de Inversión para el Desarrollo Académico (FIDA) de la Universidad de Chile.
Por primera vez en el país, una Facultad abre de forma tan amplia su producción de conocimiento compartiendo no solo los resultados y publicaciones de las investigaciones adjudicadas sino que también otros recursos académicos como son los formularios de postulación de los proyectos, manuales, instructivos, instrumentos validados, bases de datos y todos los recursos que son productos de la tarea investigativa y que hasta ahora no encontraban un lugar de reconocimiento ni de visibilidad en las plataformas que hoy están disponibles en estas materias.
En el marco del programa "La Fuente" de UchileTV, Radio Universidad de Chile y Prensa Uchile, conversamos con María Antonieta Urquieta, directora del proyecto FACSO Abierta de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la Universidad de Chile. En esta entrevista, la académica nos comparte los desafíos y alcances de esta innovadora plataforma digital que busca fomentar la colaboración académica y la ciencia abierta, además de impulsar la gestión del conocimiento en un entorno transdisciplinario.
-¿De qué se trata FACSO Abierta y este portal web Colaboratorio de Investigación en Ciencias Sociales?
La plataforma FACSO Abierta es un proyecto que nace al alero del financiamiento de la Universidad de Chile del Fondo de Iniciativas para el Desarrollo Académico (FIDA), el cual busca dar visibilidad y mayor potencial de incidencia pública al trabajo académico de nuestros investigadores e investigadoras de la Facultad de Ciencias Sociales. Para eso, creamos, entonces, una plataforma que está disponible en el sitio colaboratoriocienciassociales.uchile.cl, en la que ustedes podrán encontrar una galería de investigadores e investigadores, una suerte de Spotify como lo llamamos nosotros, donde hay más de 70 académicos y académicas de nuestra facultad con sus líneas de investigación, sus últimos proyectos y publicaciones.
Es una plataforma que está pensada en ciencia abierta, entonces, está disponible para quien quiera explorarla: para quienes integran el mundo académico como también para los estudiantes, la comunidad general, el mundo de las políticas públicas y todos aquellos que puedan encontrar en este espacio una posibilidad de conocer lo que han venido trabajando nuestras investigadoras/es, en los más diversos temas que te puedas imaginar.
-¿Cualquier persona puede ingresar a esta plataforma?
Sí, es una plataforma abierta, no hay que loguearse, no hay que pagar nada, sino que es una plataforma web que tiene un buscador donde ustedes pueden poner palabras claves, nombres de académicos o académicas de los que quieran conocer su trabajo en distintos temas. Cada uno de las investigadoras e investigadoras de FACSO tiene un video donde cuenta de qué se trata su trabajo, cuáles son los temas que investiga y, en ese sentido, pueden ahí explorar el trabajo de cada quien.
-¿Qué tipo de proyectos se están desarrollando en la Facultad de Ciencias Sociales?
Hay proyectos en las más diversas áreas. La Facultad de Ciencias Sociales es muy, pero muy productiva y aborda temas que van desde las políticas públicas en general, a temáticas de género, de migración, de desarrollo territorial, de desigualdad, de discusiones sobre la democracia y tantos otros debates que hoy en día están puestos en el escenario nacional y que las ciencias sociales tienen el deber de discutir, de poner sobre la mesa, de contribuir con nuevos hallazgos y nuevas descripciones de aquello que nos está pasando y que a veces se nos hace tan difícil de comprender, desde las políticas públicas desde el diario vivir de todos y todas.
Existen fenómenos que han aumentado tanto en su complejidad y el trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales a través de todos sus investigadoras e investigadoras efectuar cada vez mejores descripciones para comprender mejor este contexto, tan complejo y tan convulso que estamos viviendo.
-Sin duda, será un repositorio con mucha información que también le va a servir a los alumnos que están en alguna investigación hasta en el ámbito de las decisiones gubernamentales. En ese sentido, ¿cuáles son los principales desafíos que involucra esta plataforma?
La gran innovación que caracteriza esta plataforma primero es la noción de Colaboratorio, o sea, la idea de colaborar lo cual se traduce en poner generosidad a tu trabajo académico y esa generosidad puesta en tu trabajo académico implica haber aportado no sólo con los proyectos que cada investigador e investigadora ha desarrollado a lo largo de toda su trayectoria académica sino que también como dice nuestra decana, Teresa Matus, en colaborar con “abrir la caja negra de la investigación”, ya que en esta misma plataforma no solo se comparten resultados de investigaciones sino que también los proyectos con los que nosotros ganamos los financiamientos para hacer investigación.
Entonces, en este Colaboratorio no solo ponemos a disposición los resultados y hallazgos finales de nuestro trabajo, sino que también compartimos el cómo arribamos a esos resultados, por eso, ustedes podrán encontrar las formulaciones de los proyectos, los instrumentos con los que levantamos la información, los informes técnicos y de avances que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestro trabajo. En ese sentido, el Colaboratorio es también un espacio de aprendizaje, un espacio pedagógico, a través del cual esperamos despertar vocaciones tempranas por la investigación, a quienes nos conozcan a través de esa plataforma, tener más jóvenes que quieran interesarse por formarse en las Ciencia Sociales y hacer esta contribución a los grandes desafíos que enfrenta el país.
-¿Cuál es el valor actual de la educación en Ciencias Sociales?
La complejidad de los fenómenos sociales que enfrentamos hoy día requieren de nuevas descripciones, requieren de nuevas interpretaciones porque hoy la diversidad sociocultural que caracteriza a nuestra región y a nuestro país, particularmente, es muy amplia y los desafíos de la profundización de la democracia, la agudización de las expresiones de la desigualdad y tantos otros aspectos relevantes como la emergencia climática exigen comprender el lado humano de dichos fenómenos.
Cómo podemos hacer transiciones en el campo, por ejemplo, de las energías limpias, o cómo podemos avanzar hacia una mejor convivencia ante la diversidad sociocultural y tantas otras preguntas que solo pueden ser respondidas con una abundante investigación que mueva los márgenes, que propongan nuevas explicaciones y eso es lo que esperamos compartir, generosamente, en ciencia abierta y en este espacio.
Es muy importante el movimiento de cerco que han hecho ustedes. Porque, sin duda, este es un hito que va a remover el espacio de investigación no tan solo en la Universidad de Chile, sino que, en distintas instituciones, invitándoles a abrir esta caja negra de la investigación porque convengamos que este es un país celoso con este tipo de temas y también con la investigación, pero la propuesta de ustedes es colectiva y colaborativa. Por tanto, la innovación que representa esta plataforma es la colaboración.
-El caballo de Troya, me gustó ese concepto...
Sí, porque nos permite colaborar en un mundo donde el productivismo académico, la competencia y el individualismo es el que reina. De modo que, ¿cómo movemos la frontera? Con la colaboración, con la ciencia abierta y en ese sentido, el espíritu de colaboración y la generosidad tienen que trascender las fronteras de la Universidad de Chile y, por cierto, las de la Facultad de Ciencias Sociales. Así es como esta plataforma se inserta en un proyecto de mayor alcance llamado “Ciencias Sociales para Chile” donde hemos puesto a disposición de las demás facultades de ciencias sociales del país esta plataforma digital, para que de esta manera cada facultad tenga su propio colaboratorio y generemos un ecosistema de ciencia abierta que articule la producción de ciencias sociales del país para tributar, conjuntamente, a estos debates que como sociedad necesitamos tener.
-Además, la colaboración es la definición de la ciencia: un investigador descubre algo, luego en otra parte del mundo alguien lo ve y se le ocurre otra cosa...
La ciencia se construye en el debate, en la crítica y nosotros creemos, por cierto, que también en la colaboración. En ese sentido, hay varias universidades tanto de la Región Metropolitana como en regiones, que ya están trabajando la posibilidad de instalar el colaboratorio en sus propias facultades, así es que eso nos tiene muy contentos y esperamos poder, próximamente, anunciar cuáles son esas universidades. Por lo pronto, puedo contarles que la Universidad Católica de Chile ha manifestado su explícito interés por integrarse a esta red.
En este momento, estamos con ellos en la fase técnica de la transferencia, de la instalación de la plataforma en sus propios sistemas, pero hay varias universidades regionales con las que tenemos muy avanzada la conversación y esperamos, prontamente, acompañar sus propios lanzamientos para que se constituya este ecosistema de colaboración de las ciencias sociales a nivel país.
-¿Todas estas ideas e investigaciones están bajo algún grado de protección intelectual?, ¿Cómo funciona ese espacio de protección o apelamos a la confianza?
Todo este sistema abierto se construye bajo la idea de la confianza y la reciprocidad en la colaboración con otros, pero más allá de aquello hemos tomado dos tipos de mecanismos de resguardo de la propiedad intelectual del trabajo de nuestros investigadoras e investigadores. Uno de ellos es que la Universidad de Chile tiene el copyright de la plataforma, en tanto: mecanismo, plataforma, diseño, estructura y eso es lo que estamos transfiriendo, gratuitamente, a las demás universidades.
Por otra parte, todo el trabajo académico, de nuestras investigadoras y nuestros investigadores, que es aportado a este colaboratorio recibe un identificador, que en el mundo de las ciencias sociales y de las ciencias de la producción y de las publicaciones académicas se conoce como el DOI, que es una suerte de identificador de las publicaciones. Todos nuestros trabajos que están puestos en el colaboratorio tienen asignado un DOI y eso permite que una vez que ellos sean descargados para su uso sea con la adecuada cita y referencia a su autor o autora.
En ese sentido, nosotros esperamos también que está no sea una colaboración sin objetivo, sino que nuestros trabajos aporten, sinérgicamente, a profundizar los debates sociales en el país, pero también eso tiene un rédito para nuestros/as investigadores/as en la medida que su trabajo es más conocido, más referenciado y resulta más útil.
Al interior del mundo académico, nos suele suceder que nuestras publicaciones son dialogadas en un auditorio muy restringido, elitista muchas veces, que lo constituye el mismo campo de los investigadores/as que desarrollamos determinados tipos de investigaciones, pero ahora lo que queremos es ampliar esa posibilidad, que nuestro trabajo sea conocido en distintas esferas y para eso, la asignación del DOI a cada uno de los aportes al colaboratorio es fundamental.