El despertar social que hoy enfrenta Chile y otros países de la región y el mundo impone nuevas necesidades a los estados en lo relativo a la pertinencia, sentido y forma de implementar las políticas sociales. Al respecto, la literatura internacional reconoce que la manera en que los profesionales desempeñan sus tareas en terreno junto a los beneficiarios termina influenciando de manera importante el éxito o fracaso de estas políticas sociales.
La primera línea de ejecución de los programas sociales constituye una instancia prolífica para el uso de la discreción profesional y el desarrollo de juicio crítico, lo cual tiene la capacidad potencial de configurar una “moral subterránea” (Stout, 2018) o una “agenda más o menos oculta de resistencia profesional” (Barnes y Prior, 2009) que afecta significativamente los procesos y los resultados de los programas sociales.
Sobre esos desafíos relativos al desarrollo de los programas sociales es que pretende indagar el proyecto Fondecyt regular 2020 “Resistencias profesionales en la primera línea de implementación de programas sociales en Chile”, a cargo de las académicas del Depto. de Trabajo Social, Giannina Muñoz y Taly Reininger, junto a Cristóbal Villalobos del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPEE) de la Universidad Católica.
El objetivo del proyecto es analizar las resistencias que desarrollan los(as) profesionales de primera línea en la implementación de programas sociales en Chile, para de esta manera contar con la información que permita obtener mejores resultados en su implementación.
Según explicó la docente Giannina Muñoz, un nudo sensible del proceso de implementación de programas sociales radica en el rol que juegan los y las profesionales en la primera línea, quienes interpretan, traducen y, en definitiva, rediseñan las orientaciones de la política social en el territorio, es decir, “queremos profundizar en cómo los profesionales usan el margen de maniobra que tienen en la implementación de una política, ya que según la literatura internacional, se produce una agenda más o menos oculta que cada profesional desarrolla, pero que termina afectando los resultados de los programas sociales”.
Muñoz añadió que “es la continuidad de un proceso, ya que esta línea de investigación surgió en mi Fondecyt de Iniciación, es una línea que he trabajado en mi tesis doctoral de Trabajo Social y que desarrollo actualmente en mi estadía en el Centro de Trabajo y Justicia Social de la Universidad de Essex en Inglaterra”.
Para el equipo de investigadores(as) es relevante conocer y entender este proceso ya que los profesionales que están en terreno y junto a la ciudadanía implementando las políticas sociales intentan ir en contra de la propia política que implementan, bajo el entendido que esta política es injusta o ineficiente o que genera más daño social que beneficios. Bajo ese entendimiento, ellos resisten la política, ya sea sutilmente o de manera más colectiva y radical.
La Directora del Departamento de Trabajo Social, Gabriela Rubilar, señaló que lo más relevante es “que nuestro departamento continúa en su labor investigativa, desarrollando conocimiento que nos permitirá mejorar la implementación de las políticas públicas en el ámbito social, lo que resulta aún más valioso en el actual contexto social chileno en que la ciudadanía nos exige a todas y todos mejorar la calidad de la intervención social que se realiza”.
La metodología que usarán los investigadores en este proyecto es mixta, es decir, contempla observaciones y entrevistas a profesionales que implementan programas de infancia, educación y pobreza en las regiones de Antofagasta, Valparaíso y Araucanía.
La duración total de proyecto será de tres años, desde el 2020 al 2022.