Este año 2014, el programa cumple la mayoría de edad y su coordinadora, la Profesora Marisol Facuse, repasó algunos pasajes del programa fundado en 1996 bajo la iniciativa y coordinación del Profesor Alfonso Arrau y Manuel Antonio Garretón. Inicialmente, ingresaron 14 estudiantes al magíster, mientras que en 2014 “tuvimos la satisfacción de acoger 42 postulaciones, de las cuales se seleccionaron 23 estudiantes de diversas disciplinas y universidades del país, cuyos proyectos de investigación presentan una gran heterogeneidad”, comenta la también académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
Otro hito importante es que en 2012, bajo la coordinación de la Profesora Catalina Arteaga, el magíster consiguió una acreditación de seis años. Mérito que, según Facuse, le fue conferido “tanto por la calidad de producción de sus académicos, como por el buen desempeño de sus alumnos graduados”. En la oportunidad, la Coordinación del Magister en Ciencias Sociales celebró a Juan Pablo Camps, estudiante beneficiado con la beca SYLFF otorgada por la Fundación Tokio en conjunto con la Universidad de Chile, obteniendo así el beneficio de mayor extensión del año 2014. Además, por sus 15 años de destacado trabajo en el programa desde su ingreso en 1999, la funcionaria Paula Donaire Pinto recibió un especial reconocimiento.
Los “padres” de las ciencias sociales
Durante su conferencia, Jean-Lous Fabiani se refirió a la importancia casi mítica de autores como Marx, Weber y Durkheim en el quehacer de las ciencias sociales. Y es que los “padres fundadores viven entre nosotros”, señaló. A lo largo de la historia de este campo del saber, se han producido constantes repulsiones o afinidades ante ciertas teorías. Por ejemplo, Bruno Latour es muy antidurkhemiano, en tanto Pierre Bourdieu reconoce su deuda frente a Émile Durkheim. Estos movimientos teóricos son, a menudo, “anteriores al nacimiento de las ciencias sociales y están presentes desde hace mucho tiempo en la filosofía occidental”, señala Fabiani.A diferencia de los economistas, que muestran su unidad y capacidad en torno al paradigma neoliberal, según el investigador francés los sociólogos y antropólogos para lograr unificar sus enfoques teóricos “estarían obligados a la ideología”. En el fondo, las ciencias sociales no deben preocuparse solamente de lo que Max Weber llamaba la “neutralidad axiológica”, postura que “nos distingue cada vez más de otros campos como son el derecho y la economía”.
“Tenemos distintas maneras de tratar a los objetos de estudio, pero para establecer si una afirmación es verdadera o falsa, conviene siempre indexarlas al contexto del cual han emergido”, aseveró el también profesor asociado a las universidades de California, San Diego, Chicago, Michigan, Montreal, entre otras. Al respecto, lo que está claro para el sociólogo es que en el campo social se utilizan lenguajes y formas de descripción de mundo muy variadas.
En sociología, los periodos han sido marcados por la invención de nuevas palabras que algunos creen y emplean: “La solidaridad de Durkheim, el carisma de Max Weber o la relación de campo-habitus-capital de Bourdieu, etc”, detalla Fabiani. Durante la Guerra Fría, en Estados Unidos, si bien la sociología de Parsons era dominante, había también lugares de resistencia sobre todo en la Escuela de Chicago.
La democracia epistemológica
Para Jean-Lous Fabiani la democracia epistemológica es un escenario inevitable frente al cual los cientistas sociales tienen que tomar decisiones. Según el académico, “la cuestión de la eficacia de una teoría debería ordenar las opciones epistemológicas cuando entramos al terreno, cuando revisamos un archivo o preparamos un cuestionario”, resalto el rol político innegable de esta disciplina científico-social.Comparativamente, desde los años 80 se han relocalizado los objetos de estudio y los cientistas sociales están “más atentos a las singularidades”, reflexionó el investigador. No obstante, para Fabiani este retorno a las localidades puede ser un peligro, “porque no logramos pensar la unidad del mundo social. En esta perspectiva, creo que es necesario partir de la epistemología histórica para repensar los modos de articulación de nuestros objetos”.
A modo de conclusión, el investigador aclaró que su intención no era hacer un llamado a la anarquía epistemológica: “Pienso que el interés de los jóvenes investigadores -y de allí proviene mi reflexión- debe estar confrontado permanentemente”. Contrario a lo que piensan algunos de sus colegas, particularmente en Estados Unidos, toda proposición teórica debe siempre referirse a lo que él llama “plano empírico de corroboraciones”, único lugar donde está puesta la prueba “que nos diferencia sin crear jerarquías o conflictos del trabajo del filósofo epistemólogo”, subraya.
Tras su exposición, hubo un espacio para preguntas e intercambio de ideas. Para culminar la conferencia inaugural del Magíster en Ciencias Sociales, el Profesor Mauricio Valdebenito de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, interpretó un repertorio musical hispanoamericano.