Profesora visitante Proyecto Bicentenario

Ma. Elena Martín Ortega y las necesidades de cambio en el aula

Ma. Elena Martín Ortega y las necesidades de cambio en el aula

Dos semanas estuvo en Chile la doctora en Psicología, María Elena Martin Ortega, Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación y Directora del Máster Oficial en Psicología de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, quien en su visita por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile compartió su vasta experiencia laboral y académica, así como sus reflexiones sobre las concepciones elaboradas en torno a los distintos actores que participan en el proceso educativo y las políticas públicas en la materia.

Cambios en las concepciones sobre el aprendizaje

Existe un diagnostico común en muchos sistemas educativos cuyas metas establecidas para el aprendizaje no se han alcanzado, de que la necesidad de cambios es urgente. Dichas transformaciones son estructurales pero también deben generarse en las personas implicadas en el sistema educativo. Así, lo cree Maria Elena Martin Ortega, quien establece que dentro de esos cambios hay dos dimensiones relevantes en los sujetos: sus concepciones y sus prácticas para gestionar cambio educativo.

En el seminario "Concepciones de enseñanza y aprendizaje, y cambio conceptual en profesionales de la educación", la experta española abordó las posibilidades de cambios que existen en las practicas en las aulas, las que están basadas en una serie de creencias sobre los estudiantes - correctas o equivocadas- pero que exigen ser reexaminadas.

"Cuál es la naturaleza de esas concepciones es una pregunta que en este caso tiene un matiz psicológico, porque si entendemos cuál es su naturaleza las entenderemos mejor ya que se derivaría de ello cómo podemos cambiarlas, qué implicaría el cambio conceptual desde una perspectiva determinada por la naturaleza de las concepciones y qué relaciones postulamos entre concepciones y prácticas, entre cognición y acción", señala Martin Ortega.

Tal como lo explicó la académica, para conocer la naturaleza del cambio es necesario revisar las representaciones mentales, las que pueden ser implícitas y explicitas, dependiendo del grado de consciencia que se tiene de ellas. "Las concepciones más implícitas son las que aprendemos sin darnos cuenta que lo aprendemos por el hecho de estar insertos en una comunidad que se relaciona de determinada manera y que considera naturales ciertas cosas y que no son replanteables. En cambio las teorías explicitas se aprenden porque alguien te las enseña, supone declararlas por tanto cuando se apropian de ellas se hace desde una manera consciente. Las concepciones explicitas son más conceptuales mientras que las implícitas son procedimentales, lo que implica que tienen una función pragmática, es decir son muy funcionales", explicó. Al ser este tipo de concepciones prácticas, su sustitución exige otras concepciones que puedan ocupar ese lugar, por eso son teorías muy resistentes al cambio.

Justamente son las teorías del aprendizaje las que han revisado estas concepciones implícitas y que las han llevado hasta el aula para así motivar a estudiantes y profesores en este camino. "En general es más fácil pensar que cuando hay un problema de aprendizaje las causas son del sujeto, eso deriva en una teoría del déficit que es completamente distinta que entender el desarrollo como mecanismos inter e intra, en donde es el aprendizaje el que tira del desarrollo. Por eso es lógico que si yo creo que las causas están en el sujeto piense que mi labor sea la de trabajar con el sujeto, mientras que si pienso que el desarrollo se produce en la medida en que una persona está inserta en un contexto educativo y no solamente escolares se entenderá que la tarea es intervenir en esos contextos para que tengan mejores condiciones para el desarrollo", sostuvo la experta.

Sin embargo, las concepciones conviven, no se sustituyen, por tanto el camino del cambio está dado por la sucesiva toma de conciencia, los distintos niveles de explicitación que puede haber respecto a una idea, pero no solo desde la verbalización, sino que también a través de la capacidad de reconstrucción de las ideas.

Enseñar a aprender a aprender

A criterio de la experta española "no se nace con los aprendizajes, todo lo que se aprende se puede enseñar", de ahí la posibilidad de desarrollar competencias metacognitivas, lo que se traduce en "aprender a aprender", experiencia clave de desarrollar en el proceso educativo de las escuelas a criterio de Martin Ortega.

La sociedad del conocimiento implica desarrollar la competencia de aprender a lo largo de la vida como un proceso adaptativo de la realidad y para eso- explicó la académica - el error es parte vital de aprendizaje y comprender que la declaración de un procedimiento no implica saber hacerlo y esa es una deficiencia del sistema ya que ese tipo de declaraciones son las que se evalúan.

Por eso, la importancia que dentro de las competencias que se desarrollan en las escuelas se incorpore la noción de "aprender a aprender". "La competencia de Aprender a aprender tiene elementos cognitivos, afectivos y sociales, es una actividad metacognitiva donde el aprendizaje está sobre lo que pienso, es la conciencia del metaconocimiento", señaló.

Algunas ideas básicas señaladas por la experta apuntan a que no solo aprender bien es concentrar el aprendizaje en el objeto de reflexión, ya que no se puede enseñar al margen de los contenidos. Se puede y debe enseñar desde el inicio de la escolaridad, exige tiempo y silencio. "Enseñar a aprender a aprende es un cambio de enfoque: no se deben cambiar necesariamente las actividades, pero si, el para qué. En España el error cometido es que el alumno está siempre atacado por acciones, pero falta reflexión", dijo.

Martin Ortega señala: "Hay que buscar en el curriculum escolar si está incorporada la competencia de "Aprender a Aprende", analizar las concepciones sobre aprendizaje, atender a la diversidad de estudiantes. Los docentes que pueden enseñar esta competencia deben ser reflexivos, valorar el error, tolerar la incertidumbre y ser modelo de una personalidad estratégica".

Evaluación y calidad de la educación

Otro de los temas abordados por la catedrática española fue la "Controversias sobre la evaluación y calidad de la educación", en donde la calidad debe ser un equilibrio entre excelente y equidad. La experta explicó: "El mejor sistema educativo es el que logra buenos resultados en rendimiento y en donde todos sus alumnos aprenden lo más posible, no es un sistema segregacionista. Equidad es la igualdad de acceso más la igualdad de oferta educativa lo que genera igualdad de resultados. En los países más equitativos son aquellos en donde existe una menor correlación entre clase, género y excelencia".

Para Martin Ortega la evaluación interna es imprescindible, sin embargo, las externas son útiles en condiciones en que no hay segmentación escolar, con cálculo de valor agregado en los datos de cada escuela, sin rankings, con lógica de aprendizaje de competencias y sin vincular directamente a la evaluación docente. El riesgo de la evaluación-explica- es "impedir la inclusión, anular el curriculum, entrenar a los estudiantes en los contenidos de las evaluaciones y no revertir en mejoras".

La experiencia española en materia de evaluación es clara: existen evaluaciones externas pero esta son de diagnostico, es decir, buscan mirar el sistema para conocer el nivel de la comunidad sin finalidad acreditativa.

Por eso, a criterio de la catedrática de visita en Facso, las evaluaciones internas deben tomar en cuenta el análisis de contexto y el análisis de flujos de los alumnos con énfasis en repetidores, grupos más vulnerables, abandonos, tipos de estudios por el que continúan. Sin embargo, para llevar a cabo un proceso de evaluación- en España -debería haber supervisores que apoyen a las escuelas y hacer planes de mejoramiento; psicólogos educacionales como asesores en lecturas curriculares y atención a la diversidad, entre otros.

Últimas noticias