La llegada de las nuevas variantes de SARS-CoV2 provenientes del Reino Unido y Brasil a Chile ha sido una de las grandes preocupaciones de los y las expertas, quienes advierten sobre la necesidad de tomar medidas especiales frente a contagios con estas variantes. Esto se debe a la capacidad del virus de cambiar constantemente su genoma, lo que puede generar cambios en su estructura. “Aunque esto es algo común a los virus que tienen ARN como genoma, como el virus influenza, por eso se requiere de una vacunación nueva cada año”, explica la doctora Vivian Luchsinger, académica del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile.
¿Por qué el SARS-Cov-2 tiene una capacidad de replicación y modificación que hay que observar tan de cerca? La académica Vivian Luchsinger explica que “el virus tiene como genoma el ARN o RNA. Para formar partículas virales nuevas, es decir, replicarse, utiliza una enzima llamada RNA polimerasa que sintetiza estas nuevas hebras de RNA. La enzima ‘copia’ la información para generar nuevas moléculas, pero en ocasiones comete errores, los que no corrige totalmente, y se generan cambios que se llaman mutaciones, y éstas generan las nuevas variantes del virus. Es parte de su proceso biológico”.
En este contexto, el académico de la Universidad de Chile, Miguel Allende, profesor Titular del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias e investigador del área de genética molecular, parte del Consorcio Genomas Cov2, abocado a la obtención de datos y realización de un mapeo de genomas y variantes del virus, afirma que “se deben tomar medidas especiales en casos de contagio por estas variantes, en términos de aislamiento y seguimiento. Es crucial avanzar en la trazabilidad, especialmente de estos casos”. Añade, además, que en el caso de hospitalizaciones de contagiados con estas variantes “se deberían tomar medidas extra incluso dentro de los hospitales”.
El Instituto de Salud Pública (ISP) e investigadores de este consorcio han logrado esquematizar los datos de 1.200 secuencias de genomas de SARS-CoV-2 actualmente presentes en Chile. En esta clasificación han usado como referencia la secuencia original Wuhan/Hu-1/2019. Miguel Allende explica que “en el área de la genética molecular, en muchos países se han identificado variantes que muestran un aumento de frecuencia. Es decir, dentro de todo el universo de variantes del mundo, que son miles, hay algunas que empiezan a predominar en términos de su frecuencia de contagio. Cuando eso pasa, nos da un indicio de que esa variante tiene alguna propiedad que le da alguna ventaja en su capacidad de replicarse, ya sea porque infecta a más personas o se transmite más rápido. Por lo tanto, con la secuenciación de estas variantes, podemos saber si estamos en presencia de alguna con esas características, saber si se disemina más rápido, y evaluar si puede evadir las vacunas, etc”.
El seguimiento necesario en el proceso de vacunación
Allende explica que en el mundo se han descubierto tres variantes que generan preocupación: en el Reino Unido, en Sudáfrica y en Brasil; dos de ellas se encuentran en Chile, de acuerdo a datos del Instituto de Salud Pública. En este sentido, enfatiza la necesidad de sistematizar el seguimiento científico de estas variantes para identificar sus características específicas y asegurar, por ejemplo, que las vacunas sigan siendo efectivas contra los nuevos virus.
“En el caso de la vacuna de Pfizer, contiene un RNA mensajero que lleva la información para producir la proteína Spike”, explica la académica Vivian Luchsinger. Agrega además que “cuando la persona es inoculada con esta vacuna, el sistema inmune del sujeto va a reconocer como extraña esa proteína generada por el vacunado utilizando la información contenida en la vacuna. Así se desarrollan anticuerpos contra esa proteína en particular. Pero si la proteína de otro SARS-Cov-2 es distinta los anticuerpos pueden no reconocer a la nueva variante”.
En este sentido, la labor del Consorcio de Genomas CoV2 Chile, de llevar un registro específico de las variantes del virus, puede ser clave en la identificación de debilidades y oportunidades de mejora en la atención pública, y a su vez, la campaña de vacunación.