Prematurez: más que nacer antes de tiempo

Prematurez: más que nacer antes de tiempo

Dos décadas atrás, un niño de menos de 26 semanas de gestación era, desgraciadamente, un aborto. Hoy, tiene más del 50% de posibilidades de sobrevivir y además con una buena calidad de vida, debido a los exitosos programas de salud aplicados a lo largo del país que benefician tanto a la embarazada como a su hijo. Las mejorías obtenidas con los prematuros en la probabilidad y calidad de vida en los últimos cinco años serán presentados por la Dra. Mónica Morgues, académica de la Facultad de Medicina, durante el Tercer Curso Internacional “Controversias en el manejo perinatal y neonatal del prematuro extremo”.

El evento, organizado por el Departamento de Pediatría Norte de esta unidad docente, el Centro de Investigaciones Perinatales del plantel y el Servicio de Neonatología del Hospital San José, se llevará a cabo entre mañana y el viernes 7 de abril, en el Hotel Crowne Plaza, y contará con la presencia de expertos provenientes de Estados Unidos e Inglaterra.

La doctora Morgues coordina la Comisión Nacional de Seguimiento de Prematuros, perteneciente al Ministerio de Salud, cuya labor es mantener una red de recolección y análisis de la información necesaria  para el seguimiento del desarrollo de todos los niños que nacen con menos de 32 semanas de gestación o 1.500 gramos de peso a lo largo del país, de manera de hacer intervenciones oportunas que mejoren sus condiciones.

Así, cuenta que Chile presenta un índice de prematuros menores de 36 semanas que alcanza al 5% de los nacidos vivos -unos 15.000 anualmente-, detallando que los que tienen menos de 32 semanas son aproximadamente el 1% del total, casos que son más frecuentes en las poblaciones de riesgo, o sea adolescentes, mujeres que no se controlan sus embarazos, fumadoras, hipertensas, multíparas, diabéticas y otras. Con este conocimiento, se intenta implementar acciones obstétricas para prevenir el parto prematuro, “lo cual es muy difícil porque tiene que ver con los hábitos de las personas y su situación social: por ejemplo, una mujer que no controla su embarazo porque lo oculta, o tiene la presión alta y no se cuida bien, produce situaciones en las que es difícil impactar”, explica la doctora Morgues.

Por ello, señala que se esperan muy buenos resultados de la intervención especificada en el plan Auge, que supone una ecografía transvaginal entre las 20 y las 24 semanas de embarazo en todas las mujeres que estén dentro de la población de riesgo de parto prematuro: con este examen, se ve si ha disminuido el largo de su cuello uterino pues, de ser así, sus probabilidades de que el niño nazca antes de término crecen significativamente. “De ser este diagnóstico positivo, se tratan los factores que llevan a perjudicar sus condiciones cervicales, como podrían ser infecciones vaginales o urinarias, o anemia, entre otras patologías. Así, la madre vuelve a condiciones de salud normales, lo que evita un nacimiento anticipado”, señala la especialista.

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